Tu salida al exterior · 10 minutos de lectura

Qué debes tener en cuenta ante una crisis de suministros

Qué debes tener en cuenta ante una crisis de suministros
Imágenes: Travel Mania (Shutterstck)

El ‘cuello de botella’ en la producción y suministro de bienes a nivel global hunde sus raíces en la guerra comercial iniciada entre EEUU y China durante la Administración Trump. En el último trienio, esta crisis en los transportes de mercancía se ha enquistado y agravado debido a la pandemia y, más recientemente, a la guerra entre Rusia y Ucrania. En España, la herida económica se volvió aún más séptica con la huelga del sector de los transportes, que llegó a provocar lagunas en el stock del retail y desabastecimiento en otras áreas productivas clave.

La aldea global ultraconectada ofrece posibilidades logísticas que hace unos años no podíamos ni soñar; sin embargo, esto también conlleva que el efecto dominó de los acontecimientos geopolíticos se multiplique, dejando contra las cuerdas a las empresas sin protocolos de contingencia. A continuación te ofrecemos un análisis sucinto de la situación y algunas claves para mejorar la capacidad adaptativa de tu compañía.

Índice

  1. Qué es una crisis de suministros y qué factores pueden generarla
  2. Cómo influye una crisis de suministros en tu negocio
  3. ¿Qué sectores suelen resultar más perjudicados por una crisis de suministros?
  4. ¿Cómo prevenir y evitar los efectos de una crisis de abastecimiento en tu empresa? Una solución para cada problema
  5. Qué hacer si tu producción se ve ralentizada o parada ante una crisis de suministros

Qué es una crisis de suministros y qué factores pueden generarla

Cuando una o varias de las fases del proceso logístico experimentan una ralentización, los efectos se trasladan, en cascada, al resto de la cadena, lo que se traduce en un desabastecimiento de la demanda. Es el efecto dominó del que hablábamos, y que por las leyes básicas del mercado termina convirtiéndose en un aumento de los precios que paga el consumidor final. Las causas son variadas y de largo recorrido, pero todas guardan relación entre ellas.

Desde que la crisis sanitaria que paralizó al mundo empezó a remitir, la recuperación económica no ha parado de encontrarse baches en el camino. Una vez superados, al menos parcialmente, los peores estragos de la COVID-19, las fábricas volvieron a operar y el ciclo del consumo se reinició, pero de una manera desigual e irregular.

El auge de las compras online y la liberación abrupta de la demanda embolsada propiciaron un desafiante escenario, al que la logística no se adaptó igual de bien en todos los territorios. Llegó entonces el colapso del transporte marítimo internacional, eslabón presente en 9 de cada 10 cadenas de abastecimiento: no se contaba con suficientes buques ni suficientes contenedores para atender la avalancha de envíos.

En resumen, las mercancías llegaban tarde y a un ritmo insuficiente para nutrir el consumo 2.0 pospandemia. Y, naturalmente, cuando un bien es escaso y disputado, se dispara su precio: el coste de trasladar un contenedor de un puerto chino a uno español llegó a multiplicarse por 15. El aleteo de esta mariposa no tardó en provocar un huracán en las tiendas y mercados de todo el mundo, trasladando al consumidor la inflación que afectaba al engranaje logístico.

El conflicto bélico que actualmente se desarrolla a las puertas del continente europeo ha sido la puntilla. El bloqueo internacional contra la Rusia de Putin ha desbocado los precios de la energía y de infinidad de productos, echando sal sobre una herida ya supurante. Petróleo, gas natural, paladio, trigo, neón… son solo algunos de los materiales de los que los países beligerantes son profusos exportadores, y cuya disponibilidad pende ahora de un hilo. La guerra de Ucrania es, según Moody’s, la peor amenaza contra las cadenas de suministro de todo el mundo, por encima de la COVID-19.

Qué debes tener en cuenta ante una crisis de suministros

Cómo influye una crisis de suministros en tu negocio

El incremento general de los precios, pero sobre todo los de la energía, es una enorme losa para las compañías de todo tipo. El desabastecimiento de materiales ha silenciado los talleres y fábricas de medio mundo, y la asfixia en la provisión de microchips y elementos semiconductores impide cubrir las necesidades de artículos esenciales para cualquier empresa, como son los ordenadores, las tablets y los teléfonos inteligentes, por poner solo algunos ejemplos.

Es un error pensar que solo los colosos manufactureros, las industrias y el sector tecnológico están en jaque. Las ramificaciones de la crisis llegan a todas las áreas, desde la logística de ‘última milla’ -servicios de mensajería directos al consumidor- hasta los establecimientos hosteleros que ven amenazadas sus existencias de comida y bebida. Todo el emprendimiento, grande y pequeño, está en este trance, y a todos corresponde tomar medidas para salir de él más fortalecidos.

¿Qué sectores suelen resultar más perjudicados por una crisis de suministros?

Escenario general

Aportaremos un dato que esclarece el dramático alcance del embotellamiento en los suministros. El informe sobre el mercado laboral elaborado por Infojobs y Esade pronostica que serán tres los factores que marcarán la evolución de la oferta de puestos de trabajo en 2022: el Índice de Precios al Consumo (IPC), la crisis en el abastecimiento y la guerra de Ucrania. Tres variables cuyos respectivos desenlaces están entrelazados.

Nuestro país se enfrenta a la posibilidad de cerrar el año 2022 con la pérdida de 300.000 empresas, debido sobre todo al estado terminal de las compañías ‘zombi’, cuyo número estimado por el Banco de España es de 220.000, a las que el desabastecimiento y el endurecimiento de la coyuntura podría dar el tiro de gracia.

Faltan materias primas y componentes electrónicos, lo que concierne a todos los sectores. No obstante, si hay un segmento económico que está sufriendo la escasez de chips y semiconductores es el de la automoción. No le van a la zaga en dificultades las compañías de todas las ramas tecnológicas, las de electrodomésticos y las telecomunicaciones, que se han visto privadas de un elemento base en su producción. Ya se han producido ceses de actividad y, de continuar deteriorándose el escenario internacional, las consecuencias serán peores, lo que ha obligado al Gobierno a aprobar un PERTE para reducir la dependencia de España respecto a los proveedores exteriores de este producto estratégico.

Los efectos indirectos de la crisis se traducen también en escasez de mano de obra en la construcción o el transporte -algo que se manifestó muy tempranamente en el Reino Unido-. Muy al contrario, las compañías navieras han salido beneficiadas de la situación, aprovechando el panorama e incrementando el precio del flete.

El caso español

En España, el balazo de la crisis de suministros tomó una nueva trayectoria: la contundente huelga de transportes que tuvo lugar en marzo. Los transportistas, superados por la importante subida de los combustibles, convocaron paros de gran dureza que desde el principio tuvieron un claro impacto: las estanterías vacías de los supermercados.

Además de la distribución, los productores de alimentos perecederos como lácteos, carnes y pescados fueron los principales damnificados, junto a las gasolineras. 

¿Cómo prevenir y evitar los efectos de una crisis de abastecimiento en tu empresa? Una solución para cada problema

¿Hasta cuándo? Es la cuestión que reina entre las preocupaciones de los emprendedores. Los análisis dicen que, durante todo este año y parte del próximo, el ‘cuello de botella’ logístico seguirá entorpeciendo el crecimiento económico. Toca, pues, minimizar en lo posible su impacto, y digerir la situación como experiencia valiosa.

Gestión de contingencias

El peor error en el que puede caer un proyecto empresarial es asumir que el éxito depende únicamente de los factores que están bajo su control.

Realizar un buen análisis de riesgos externos antes de acometer cualquier inversión o iniciativa es fundamental para mantener la guardia alta frente a los imprevistos. No se trata de mantener un perfil bajo o una estrategia conservadora, sino de anticiparse a los cambios coyunturales para poder reaccionar a ellos.

Diversificación en las opciones de suministro… y en los proveedores

Que un solo cable conecte el motor de nuestra producción a su fuente de alimentación es muy peligroso. Las alternativas al transporte dominante, el marítimo, deben estar contempladas en los planes estratégicos. El ferrocarril, el transporte multimodal e incluso las aeronaves de mercancías son opciones que, con sus contras, pueden mantener el suministro de las mercancías necesarias para nuestra actividad.

Por otro lado, la situación actual, más que respuestas, debe hacer que el emprendedor se plantee preguntas: ¿es realmente inevitable que mi proveedor esté ubicado en China? ¿Seguro que en la actual coyuntura no me sale más a cuenta un suministrador español o, en su defecto, europeo?

Contar con reservas

El impacto de los cambios geopolíticos resulta devastador en las empresas que aplican la política ‘mínima inversión, máximo beneficio’. Una de las lecciones que hay que extraer del desabastecimiento que padecemos es la importancia del stock,  las reservas almacenadas que nos ahorrarán sudores fríos si las mercancías no llegan a tiempo. Ante un duro invierno como éste, mejor ser hormiga que cigarra.

Qué hacer si tu producción se ve ralentizada o parada ante una crisis de suministros

Cuando el daño ya está hecho, las acciones deben dirigirse a la gestión de emergencias y los planes de impacto.

  • Acogerse a las ayudas estatales. El Gobierno estatal ya ha aprobado un paquete de iniciativas normativas para paliar los daños que está sufriendo el tejido normativo por la crisis de los precios y el abastecimiento. Entre ellas destaca una nueva línea de créditos ICO.
  • Negociar. Si tus proveedores te cuentan como cliente fidelizado, negocia por bonificaciones en tu contrato o, al menos, cláusulas que te protejan frente al aumento extraordinario de precios.
  • Refinar el seguro. Siéntate con tu compañía aseguradora y pon sobre la mesa la posibilidad de incluir en tu póliza una extensión por los perjuicios provocados por los retrasos en las entregas logísticas.
  • Comunicar. Habla con tus clientes y explícales los motivos por los que tu servicio o producto no les llega tan diligentemente como antes. Esta podría ser una ocasión para fidelizarlos aún más, mediante el diálogo transparente y, por qué no, la inclusión de bonificaciones, extras o descuentos para ellos cuando la situación amaine.
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