Pymes y sostenibilidad: un destino común

La conciencia ecológica y social del consumidor medio es mayor cada día que pasa, por lo que en el mundo empresarial la sostenibilidad no es sólo una obligación ética, sino una necesidad de mercado. Sin embargo, este concepto va mucho más allá del ahorro energético o el reciclaje de residuos. Requiere una evolución en la mentalidad de los integrantes de la compañía a todos los niveles.
En el caso de las pymes, la comunicación es especialmente importante para la instauración de esta cultura. Implantar un enfoque sostenible en todas las áreas de una pequeña empresa o startup supone la concienciación de toda la plantilla, hasta aunar todas las voluntades. Esta unidad de criterios debe existir en todas las áreas, desde los protocolos de comunicación hasta las inversiones tecnológicas.
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Digitalización es sostenibilidad
Las herramientas de comunicación online se han expandido y diversificado sobremanera durante el último año debido a las restricciones de la pandemia. Se ha producido una democratización de las reuniones a través de Zoom y Google Meet, el desarrollo de proyectos a través de Slack, la asignación de tareas por Asana o la gestión de clientes, ya sea vía Salesforce o sus alternativas de código abierto (Suite CRM, vTiger).
Pese a los dolorosos motivos -el confinamiento y las limitaciones en el contacto físico provocadas por la COVID-19– el fuerte impulso que han recibido estas nuevas metodologías de diálogo y organización laboral son un motivo para la celebración. Uno de los principales objetivos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de la ONU es la reducción de la huella de carbono, y los canales digitales de comunicación tienen mucho que decir en este aspecto.
La consolidación de las plataformas virtuales y el teletrabajo es el principio del fin de los aspectos más nocivos de una cultura empresarial anclada en el pasado. Un periodo en el que las toneladas de papel impreso, las fuertes emisiones producidas por los viajes en coche hacia el trabajo o el despilfarro energético de las atestadas oficinas contribuyeron, en gran medida, al grave cambio climático que estamos sufriendo.
Naturalmente, el alcance de la reducción de la huella de carbono o el ahorro energético dependerá, sobre todo, del ámbito de actuación y el sector de la pyme en cuestión. Pero todas, sin excepción, pueden llevar a cabo acciones que favorezcan el florecimiento de una economía más respetuosa con el medioambiente y con los recursos naturales. Y no cabe la excusa de un presupuesto ajustado o recursos insuficientes: la transformación digital es un proceso dirigido, precisamente, a conseguir una mayor eficiencia con menores costes.
Una nueva forma de entender el trabajo
Lo anteriormente dicho sobre la digitalización enlaza directamente con otro de los objetivos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible: la generalización de unas relaciones laborales más igualitarias, justas y saludables.
La Transformación Digital no sólo ahorra costes y aumenta la productividad y la eficiencia. También es una salvaguarda del que acaso sea el bien más preciado: el tiempo. Más horas que dedicar a los seres queridos, a las pasiones y a una vida plena fuera del entorno de trabajo. Otros aspectos clave en este proceso serán la estricta vigilancia del derecho a la desconexión, así como una atención adecuada a aquellos empleados que, por edad o por cualquier otra circunstancia, sean más reticentes a los cambios.
Sin embargo, la integración de las herramientas digitales es sólo una parte de la labor a realizar en este ámbito. El compromiso con la igualdad -de género, racial y social-, la transparencia interna y externa y la implicación con la salud y el bienestar de los miembros del equipo son factores de primerísima importancia en el cambio de paradigma que ya se está produciendo.
Para abordar de forma adecuada esta última cuestión, la pyme deberá establecer unos objetivos claros para sí misma. La guía para pymes ante los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), elaborada por CEPYME en colaboración con el Consejo de Economistas de España, aporta los siguientes criterios de evaluación:
- Promedio de horas de trabajo (reales) por semana;
- Número total y sueldo de los empleados por grupo de edad, sexo y procedencia;
- Accidentes laborales, lesiones y enfermedades sufridos por los miembros del equipo a consecuencia directa o indirecta de su actividad laboral.
ODS y negocio
Sin evolución en la mentalidad empresarial, no es posible la adaptación al cambio de paradigma que, como ya se ha dicho, ya no tiene marcha atrás. Por eso es fundamental que los mandos comprendan que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no están reñidos, en modo alguno, con la productividad, la competitividad y la consecución de un producto final de calidad y rentable. Muy al contrario, la sostenibilidad es una mina de oro que está por explotar.

- En primer lugar, las pymes tienen ante sí la apertura de una gran cantidad de nichos de mercado casi vírgenes, como los relacionados con las Tecnologías de la Información (TIC), economía circular o las energías renovables. Por este último sector circulan 300.000 millones de dólares de la economía global, y sigue en crecimiento.
- Los ODS son también una oportunidad para estrechar vínculos, alianzas y joint ventures con los gigantes empresariales: según la Red Española del Pacto Mundial, el 71% de los máximos directivos del IBEX 35 manifiestan públicamente su compromiso y el de sus compañías con el logro de las metas establecidas en la Agenda para el Desarrollo Sostenible. Esta misma tendencia se observa también en la Administración pública.
- Las empresas que se retrasen con el cumplimiento de los ODS se arriesgan a perder el tren de toda una generación de clientes. Según un informe del Instituto de Investigación de Capgemini, el 79% de los consumidores está cambiando sus preferencias de compra basándose en criterios de responsabilidad social, inclusividad o impacto medioambiental.
El informe SDGs and sectors: a review of the business opportunity, elaborado por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), ha confeccionado una lista de los 10 sectores con más potencial de inversión en el ámbito de los ODS. Algunos de ellos son obvios -como los sectores de salud y bienes de consumo-, pero en otros se desarrollan actividades económicas aparentemente difíciles de conciliar con la sostenibilidad, como la industria, los combustibles fósiles y los materiales básicos. Nada más lejos de la realidad: todos ellos son terreno fértil para la inversión en activos como la conciliación, el reciclaje, la I+D y la seguridad laboral, entre otras muchas opciones.