E-commerce · 12 minutos de lectura

¿Cómo crear una tienda online desde cero?

Imagen: Steven Puetzer (Getty Images)

Desde que empezó la pandemia de la COVID-19, el comercio electrónico ha dado un salto de gigante. El confinamiento y las limitaciones de movimiento hicieron que muchos se lanzaran a la web para adquirir cualquier tipo de productos. Incluso aquellos que eran más reticentes, como las personas mayores. Y todo indica de que las compras online seguirán al alza a medio plazo. 

Según Astound Commerce, proveedor de tecnología para el comercio electrónico, las ventas por internet crecieron un 36% en este país en 2020, y este año volverán a hacerlo un 24%, hasta totalizar un negocio de entre 40 000 y 50 000 millones de euros. Más del 80% de los ciudadanos comprará online en algún momento del año, y casi la mitad lo hará desde un smartphone. Además, el gasto medio por persona se calcula en 900 euros. 

En este post vamos a dar algunos consejos básicos para poner los cimientos de una tienda online. Con ellos responderemos a las primeras preguntas que surgirán al empresario que se adentre en este mundo. Porque el futuro de muchos negocios ahora depende, más que nunca, de contar con un e-commerce bien afinado.   

¿Cómo elegir un dominio para tu e-commerce?

El dominio es el nombre de la tienda online y su carta de presentación. De ahí la importancia de dar con uno que conecte con los potenciales compradores. En este sentido, puedes trasladar tu marca comercial a internet y usarla como dominio. Es lo que hicieron en su momento Amazon o El Corte Inglés. 

También puedes crear un dominio recurriendo a palabras clave. Si te dedicas a las zapatillas de deporte, la tienda podría llamarse, por ejemplo, zapatillas-deporte-baratas.com. Sin embargo, Google está poco a poco dejando de darle preferencia a estas denominaciones a la hora de posicionarlas. Los expertos aconsejan un nombre más singular. Una forma recomendable de dar con un dominio consiste en combinar marca y palabra clave. Por ejemplo, www.calzadodeportivohernandez.com.  

Pero hay más consejos interesantes a la hora de elegir dominio. Procura que el número de palabras no exceda dos o tres. Intenta que no tenga la letra “ñ”, por aquello de que en la URL aparecerá como “n”. Y tampoco son aconsejables en el dominio los caracteres especiales, como los guiones.   

Sobre qué extensión añadir (.com, .es, .net. org…), todo dependerá del alcance de la tienda. Si vendes fuera de España, lo suyo es optar por “.com”, y si piensas que el negocio va a estar circunscrito al mercado local, pues mejor quedarse con “.es”. Las otras extensiones son más secundarias y casi siempre aparecen cuando las “.com” están ocupadas. 

¿Cuál es el mejor hosting para tu tienda online?

La elección del hosting (la plataforma tecnológica que va a alojar nuestra e-commerce) es una de las primeras y más importantes decisiones a tomar. Hay muchas opciones. Puedes optar por un servidor compartido donde los datos de tu web se juntarán con los de otros sitios. El hosting compartido es barato, aunque el rendimiento no está garantizado y tu web puede sufrir caídas en momentos de mucho tráfico. 

También está la opción de compartir físicamente un servidor, pero crear una separación virtual en el mismo para tu tienda, de tal forma que ya no dependerá tanto del resto del tráfico. Y, por último, puedes contratar un servidor dedicado. Esto significa que todo el espacio, ancho de banda y demás recursos son solo para tu tienda. El precio es mucho más alto, pero es conveniente cuando tu site ya tiene un volumen importante de ventas o transacciones. O cuando incluye imágenes y vídeos muy pesados. 

¿Cuál es la mejor plataforma para montar tu tienda online?

Según Builtwith.com, una compañía especializada en herramientas para el análisis del tráfico en internet, las plataformas de e-commerce más usadas en España en este momento son, por este orden: WooCommerce, Prestashop, Shopify, Ecwid, WixStores y Magento. Aunque las dos primeras dominan con mucha claridad el mercado y están en más de la mitad de las páginas comerciales del país.

Casi todas las plataformas de e-commerce permiten bajar su tecnología en tu propio servidor. A partir de ahí, tienes que configurarlas, definir el tema o plantilla que le va a dar el aspecto a la tienda y las formas de pago, establecer las fichas de producto o instalar los plugings adicionales para mejorar aspectos como la seguridad, la velocidad o el SEO (optimización para buscadores), entre otras cosas. 

WooCommerce realmente es un plugin de WordPress que se puede descargar de forma gratuita porque es de código abierto. Es sencillo de utilizar y existen muchos tutoriales de uso. El control de la plataforma se hace desde el mismo gestor de WordPress. Además, cuenta con muchas plantillas que permiten personalizar el diseño y la imagen de la tienda online. Estas características lo han convertido en la primera opción del mercado para muchos.  

Imagen: GaudiLab (Getty Images)

Sin embargo, en los proyectos de más envergadura es más adecuada, según los expertos, la plataforma de la empresa francesa Prestashop, que en España tiene una cuota de mercado importante. Ofrece más de 300 funcionalidades y prestaciones, y es sobre todo relevante si estás interesado en controlar todos los aspectos de la gestión del site. También Magento puede ser una opción a valorar en proyectos de más complejidad.  

Shopify también puede ser una manera rápida de poner en marcha tu e-commerce. Ofrece soluciones específicas para cada modelo de negocio. Ellos lo llaman “maneras de vender”. Así, puedes montar una tienda online al completo o simplemente un canal a través de Facebook. Hay que tener en cuenta que Shopify aplica comisiones a los pagos con tarjeta, y para evitarlos deberás usar su método de pago propio, que se llama Shopify Payments. 

¿Cómo afinar en el diseño?

Un buen e-commerce debe tener una velocidad de carga rápida. En internet los usuarios son muy impacientes y unos segundos de retardo en abrir una página o una foto supone prácticamente perder a un cliente. Además, la experiencia de uso debe ser buena o muy buena. Y también es conveniente que la página se abra indistintamente en cualquier formato (PC, tablet o smartphone) sin merma significativa de funciones. Es decir, el sitio debe ser responsive.  

Identidad corporativa

Además de tener un nombre de empresa atractivo y un dominio fácil de recordar y que conecte bien con la actividad del e-commerce, conviene diseñar un buen logo. Debe ser una imagen limpia y con no mucho más de tres colores. Además, hay que prestar atención a las fuentes de letra de la tienda, para que muestren una coherencia. Para ello se puede acudir a Google Fonts.  

Usabilidad y experiencia de usuario

Este apartado es clave. Si  la usabilidad no es buena y en algún momento un cliente no sabe continuar con su proceso de compra, es muy posible que lo perdamos. El diseño de la web debe ser intuitivo y tenemos que asegurarnos de que el potencial comprador siempre va a conseguir lo que se propone. 

Para ello, hay que darle prioridad a los productos y a su presentación gráfica, indicarle el camino a seguir al cliente con “llamados a la acción”, o resaltando botones como “Comprar”, “Anular pedido” o “Añadir un nuevo producto”. También conviene elegir bien las categorías de la web y poner links que indiquen al cliente qué camino ha seguido para llegar a un determinado punto, facilitando en todo momento deshacer cualquier operación.

Otros elementos imprescindibles 

Pasarela de pagos

Imagen: Westend61 (Getty Images)

Es el servicio que permite a los clientes pagar por los productos que adquieren. Dependiendo del sistema implantado, tendrán una mejor o peor experiencia. Una mala experiencia en el momento de abonar la compra puede echar por tierra todo el esfuerzo anterior. Y el resultado será el indeseado carrito abandonado.

Una buena pasarela de pago debe transmitir confianza, ser sencilla de usar y no redirigir a otras páginas (del banco, por ejemplo) sin avisar previamente al cliente. Además, la página tiene que ofrecer los métodos de pago más comunes (tarjeta, contrareembolso, Paypal).  

Buscador

Es otro elemento clave. El buscador de producto debe estar en un sitio bien visible. Además tendrá que ser avanzado, puesto que un mal resultado o un retraso en la búsqueda puede hacer que el comprador se impaciente y se vaya a la competencia. 

Al fin y al cabo, un buscador en la web es lo más parecido a un dependiente en la tienda física. Es la vía de interlocución con un cliente curioso. Conviene que esta herramienta sea capaz de encontrar un producto incluso cuando no esté bien escrito o haya faltas de ortografía. También conviene que reconozca sinónimos. 

Filtros

La cantidad de información que se puede encontrar un comprador en una tienda online puede ser inmanejable. Para facilitarle las cosas a la hora de organizarla y compararla están los filtros. Los más clásicos son capaces de organizar por marcas, precios o disponibilidad. Pero también los hay más avanzados que listan por tallas o colores. Son un elemento imprescindible en una buena página de e-commerce.

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