La neutralidad climática, el gran reto de las empresas
Las empresas, motor de la Economía y, por ende, de la actividad humana sobre el planeta, soportan sobre sus hombros la responsabilidad de evolucionar hacia un modelo productivo asumible, pero necesitan apoyo y asesoramiento en esa tarea. Global Factor es una consultora especializada en ofrecer soluciones para contribuir a reducir la huella de carbono, la resiliencia climática y la transición energética.
Asier Sopelana, partner manager en la compañía, ha compartido con Santander Impulsa Empresa sus puntos de vista sobre la descarbonización y la traslación del tejido empresarial hacia un modelo sin emisiones. El concepto de neutralidad de carbono o ‘cero neto’ como victoria final contra el cambio climático ha sido el eje de la conversación.
El Acuerdo de París y sus compromisos
El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el cambio climático, jurídicamente vinculante para los 196 países que lo firmaron el 12 de diciembre de 2015. Desde que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016, todos tienen la obligación de limitar el calentamiento mundial a 1,5 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.
Sopelana ha abordado esta cuestión a través de los filtros que la industria y el emprendimiento tienen que asumir para cumplir con lo pactado. “El objetivo a nivel de país y a nivel de empresa es alcanzar el cero neto, es decir, captar tantas emisiones de efecto invernadero como huella de carbono se esté emitiendo”.
Una de las herramientas que las empresas, grandes o pequeñas, pueden emplear para alcanzar este cero neto es “la neutralización, es decir, la captación de emisiones”, explica nuestro interlocutor. Esta técnica, cuenta, se puede llevar a cabo a través de varias vías: “la primera es la natural, mediante la plantación de árboles; y por otro lado, está la senda tecnológica, es decir, atrapar las emisiones mediante instrumentos y procedimientos que actualmente se están desarrollando”.
El experto remarca que hoy en día ya es posible ‘empatarle el partido’ al dióxido de carbono en la batalla por el cambio climático; o, continuando con las metáforas, “comprar en el mercado tantos créditos de carbono como huella de carbono hayamos dejado”.
Soluciones transversales
Respecto a los mecanismos que ya están dando frutos, el experto se muestra optimista, aludiendo a todas aquellas fuentes de emisión que no están sujetas a un control directo, pero que por sí mismas irán reduciendo su huella. “Un ejemplo es el mix eléctrico, es decir, las toneladas de CO2 por kWh que emitimos” -expone-. “Actualmente los estados tienden a producir la electricidad de la forma más sostenible posible”.
Es importante, no obstante, “pedir a los proveedores que no se limiten a centrarse en el cálculo de la huella y se involucren en el proceso de descarbonización a través de la reducción del impacto ecológico de las materias primas”.
Otras soluciones a implementar
La eficiencia energética es la herramienta estrella, y gran parte de la misma depende de hábitos de diligencia mínima que prevengan el despilfarro. “Algo relativamente sencillo, como cambiar todas las luces a LED y evitar los escapes, ayuda a reducir la huella de carbón”, señala Sopelana.
El mánager de Global Factor se presenta, asimismo, como un gran defensor del concepto de ‘ecodiseño’, es decir, la corriente que persigue diseñar productos y servicios sostenibles desde la concepción de los mismos. Las bases conceptuales de esta forma de enfocar los procesos productivos implican un sentido colectivo: “Que no sea sólo una persona quien analice el impacto y los medios de descarbonización, sino que toda la organización se involucre”.
¿Es la sostenibilidad una inversión a largo plazo?
La sostenibilidad, en palabras de Sopelana, “es una inversión per se, porque da retorno directo”. La implementación de medidas de transición ecológica y energética, indica, “ayuda a la empresa a conocerse, a realizar un análisis de sus procesos, lo que lleva a reducir los gastos y, por ende, impulsar las cuentas”.
Además, añade el especialista, toda estrategia medioambiental integrada con premura “facilitará el cumplimiento de la normativa del Acuerdo de París y de la Unión Europea”.