¿Qué es la Inteligencia Artificial (IA)? 

De un tiempo a esta parte, la inteligencia artificial se ha convertido en uno más en nuestra sociedad. Son infinitas la aplicaciones y funciones que se le están otorgando a los sistemas que piensan por sí mismos.

La inteligencia artificial es un campo de la informática compuesto por un conjunto de tecnologías que se centran en el desarrollo de sistemas y ordenadores capaces de realizar tareas que requieren de las capacidades de raciocinio propias del ser humano. Dentro de ellas se incluyen la resolución de problemas, la toma de decisiones, el reconocimiento de patrones o la comprensión del lenguaje, entre muchas otras.

Índice:

1. ¿Cómo funciona la inteligencia artificial?
2. Tipos de inteligencia artificial
3. Usos y aplicaciones de la inteligencia artificial
4. Desafíos de la inteligencia artificial

¿Cómo funciona la inteligencia artificial?

La inteligencia artificial se basa en la idea de que es posible programar a las máquinas para que “simulen” el pensamiento humano y sean capaces de llegar a las mismas conclusiones o tomar decisiones basadas en su conocimiento. 

Todo ello a través de algoritmos y datos que se combinan para conseguir que las máquinas “piensen”. Para llegar a este desarrollo informático, son varias las herramientas de las que se vale la inteligencia artificial: 

1. Datos: la inteligencia artificial basa su funcionamiento en la acumulación de datos. Son fundamentales para alimentar los algoritmos y en ellos se basa la toma de decisiones de ordenadores y sistemas. Todo tipo de datos son útiles para el desarrollo de una IA (imágenes, textos, vídeos, sonidos…). A mayor número de datos, mejor puede ser el desarrollo de la inteligencia artificial. Una vez recogidos, es necesario procesar los datos. 
2. Algoritmos: son conjuntos de instrucciones definidas, lógicas y ordenadas que tienen como objetivo resolver un problema o realizar una tarea específica y necesitan de los datos para poder desarrollarse. Pueden estar diseñados por los programadores o generados por las propias máquinas a través del aprendizaje automático. Dentro de los algoritmos existen varios grados de complejidad en función de la situación que deban resolver. 
3. Aprendizaje automático: el llamado machine learning permite a las máquinas desarrollar sus propios algoritmos si ser programadas por un ser humano, sino que se entrenan para identificar patrones dentro de los conjuntos de datos y, en base a ellos, tomar decisiones. 
4. Interacción con el entorno: no todos los tipos de inteligencia artificial están ya programados, sino que algunos actúan en tiempo real. Es el caso, por ejemplo, de los mapas de navegación, que van adaptando sus decisiones al comportamiento del usuario. 

Tipos de inteligencia artificial

La inteligencia artificial es un campo tan amplio como con potencial de futuro. Existen varios tipos en función de las aplicaciones que tiene cada uno y de las capacidades que puede desarrollar. 

Además de la inteligencia artificial estrecha, la general o la súper inteligencia artificial, que son las principales, hay otras modalidades como la IA simbólica que genera razonamientos, la cognitiva para imitar procesos mentales humanos, el deep learning basado en redes neuronales artificiales o la evolutiva inspirada en la evolución biológica.

Cada uno de los tipos de inteligencia artificial que existen tienen diferentes formas de hacer que las máquinas procesen la información y tomen decisiones. 

Artificial Narrow Intelligence (Inteligencia artificial estrecha) 

La IA estrecha, también llamada ANI por sus siglas en inglés, es el tipo de inteligencia artificial más limitado. Este tipo de automatización está diseñada para realizar tareas específicas sin capacidad de aprender, evolucionar o razonar. 

Los sistemas de inteligencia artificial estrecha se centran en un único trabajo, al que dedican todos sus esfuerzos. Esto hace que sean muy específicas, pero, al mismo tiempo, garantiza que se dedican únicamente a cumplir el rol que les ha sido asignado. 

Algunos ejemplos de sistemas de ANI más comunes son: 

• Chatbots. 
• Asistentes virtuales como Siri, Alexa o Cortana, por ejemplo.
• Herramientas de reconocimiento facial, de voz o de patrones.
• Traducción automática. 
• Vehículos autónomos. 
• Recomendaciones en base a los intereses del usuario.

Artificial General Intelligence (Inteligencia artificial general) 

A diferencia de la inteligencia artificial estrecha, la IA general, también conocida como AGI, se refiere a los sistemas capaces de simular la inteligencia humana. Es un tipo de IA más profunda y con una gran capacidad de reacción. 

Las máquinas con inteligencia artificial general son capaces de comprender, aprender y realizar multitud de tareas de forma parecida a cómo lo haría un cerebro humano. Este tipo de IA está diseñado para irse adaptando a nuevas situaciones aplicando su conocimiento y habilidades en diferentes contextos.

Todo ello la convierte en uno de los tipos de inteligencia artificial más versátiles de los que existen hoy en día. La inteligencia artificial general “piensa” de forma diferente en base a la situación que tenga que solventar.  

Esta capacidad de simular el pensamiento humano hace que sea un tipo de inteligencia con múltiples utilidades, puesto que puede interactuar con el comportamiento de los usuarios. Entre sus características principales figuran: 

• Aprendizaje universal, al no limitarse simplemente a las tareas programadas.
• Capacidad de autoaprendizaje.
• Comprensión del lenguaje natural con capacidad para comprender y generar el lenguaje humano. 
• Razonamiento y amplitud en la toma de decisiones.

Por sus habilidades para evolucionar, es la IA cuyo desarrollo más preocupa a los expertos, sobre todo en lo referente a su capacidad de autonomía. 

Artificial Super Intelligence (Súper Inteligencia Artificial) 

Un paso más allá de la AGI está la súper inteligencia artificial (ASI), la forma más avanzada de estos sistemas, que no solo imitan la inteligencia humana, sino que incluso la superan. Este el tipo de IA más potente que puede existir, capaz de tomar decisiones conscientes y volverse autónoma. 

Aunque ya está catalogada como tal, este tipo de inteligencia artificial no está desarrollada, sino que por el momento son sistemas hipotéticos y eminentemente teóricos.

El fundamento de la ASI radica en que los robots pueden llegar a superar a los humanos, con un desarrollo cognitivo superior. Por eso, este tipo de inteligencia despierta innumerables debates éticos o de seguridad y, si se hiciese realidad, podría conllevar riesgos potenciales a nivel global. 

Usos y aplicaciones de la inteligencia artificial

Sin necesidad de conseguir que las máquinas superen el raciocinio humano, la inteligencia artificial es hoy una realidad y está ampliamente presente en nuestras vidas. 

Estos sistemas de automatización y toma de decisiones han penetrado en diferentes campos científicos y de conocimiento, así como en las tareas de la vida cotidiana. 

Asistentes virtuales y chatbots 

Como veíamos en los ejemplos de inteligencia artificial estrecha, los asistentes virtuales y los chatbots son algunas de las herramientas más comunes que se valen de la inteligencia artificial para su funcionamiento. Siri, Alexa o Cortana utilizan IA para responder a las preguntas de sus usuarios y brindarles la información solicitada, así como realizar sencillas tareas. 

Por su parte, los chatbots han entrado de lleno en el mundo de la empresa, sobre todo en servicios de atención al cliente o resolución de dudas. En este caso, estas herramientas se valen del procesamiento del lenguaje natural para interactuar con los usuarios.

Recomendaciones 

La inteligencia artificial se vale del uso de algoritmos para su funcionamiento. Y estos algoritmos se basan en datos. En el caso de plataformas de streaming, redes sociales o páginas web, los datos que se utilizan son los que reflejan el comportamiento y preferencia del usuario.

Con ellos, la inteligencia artificial es capaz de ofrecer recomendaciones de contenido, ofertas o promociones adaptadas para cada usuario. Los anuncios en redes sociales o las propuestas de películas y series son algunos de los ejemplos. 

Predicción y diagnóstico 

A nivel médico, la inteligencia artificial está demostrando ser un gran aliado para el cuidado de la salud de los pacientes. Estos sistemas han comenzado a utilizarse para facilitar los diagnósticos ante posibles enfermedades a través de imágenes, radiografías o resonancias. 

En otros campos como la meteorología, las finanzas o las cadenas de suministro, la inteligencia artificial es capaz de realizar pronósticos que permitan optimizar los recursos y aumentar su eficiencia. 

Del mismo modo, la IA también es muy útil en ciberseguridad al ser capaz de detectar actividades y amenazas sospechosas que puedan comprometer sistemas informáticos y evitar posibles ataques.

En muchos de estos campos se utilizan robots y sistemas automatizados para realizar tareas, sobre todo en entornos peligrosos, repetitivos o que requieran de gran precisión. 

Vehículos 

Gracias a la inteligencia artificial, los vehículos autónomos son capaces de mejorar la seguridad para los pasajeros y tomar decisiones en tiempo real en base a las circunstancias del tráfico o la meteorología. 

Del mismo modo, los navegadores que utilizamos a diario también se valen de este tipo de sistemas para adaptar sus sugerencias de circulación. 

Sector primario

A partir de la recolección de datos y de sensores, la inteligencia artificial está demostrando tener gran utilidad en el ámbito de la agricultura o la ganadería. Estos sistemas ayudan a detectar plagas o posibles enfermedades de los cultivos. 

En este sentido, también son capaces de predecir los impactos ambientales y de optimizar los recursos hídricos o el uso de pesticidas, contribuyendo así también a mitigar la contaminación del sector.

Desafíos de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial tiene como misión principal simular el comportamiento humano y eso conlleva una serie de desafíos técnicos, éticos, sociales o de seguridad que no deben obviarse.

• Ética: es uno de los grandes retos que presenta la inteligencia artificial. La capacidad de las máquinas de tomar decisiones en base a algoritmos, la consideración de la falta de datos que den consistencia a esas decisiones o la responsabilidad en caso de error son algunos de los desafíos principales en esta materia. 
• Calidad de vida: el objetivo final de cualquier inteligencia artificial debe ser el de mejorar la calidad de vida de sus usuarios. Por eso, todos los avances deben tener a las personas como foco de las decisiones. 
• Seguridad: la inteligencia artificial basa su funcionamiento en el uso de datos y esa acumulación puede llegar a plantear problemas de seguridad y privacidad. De modo que uno de los grandes desafíos es garantizar la protección de los datos personales. 
• Propiedad intelectual: la inteligencia artificial es capaz de generar contenidos como textos, imágenes o sonidos por sí misma. Esto plantea contradicciones a nivel de propiedad intelectual.  
• Destrucción de puestos de trabajo: ligado con lo anterior está el riesgo de que diversas profesiones puedan verse afectadas por el desarrollo de la inteligencia artificial. Esto vendría provocado por la automatización, ante la que es fundamental la adaptación de los trabajadores. Del mismo modo, es necesario educar a la población para que aproveche el potencial de la IA y evite los riesgos asociados a ella.
• Transparencia: la mayoría de los sistemas de IA tienen un funcionamiento hermético y difícil de comprender y eso hace que los usuarios no sepan cómo toman las decisiones. Por eso, explicar cómo procesan los datos es otro de los desafíos que presenta.

A todo ello hay que sumar la necesidad de avanzar en una regulación y políticas internacionales adaptadas al rápido ritmo de crecimiento de la inteligencia artificial para garantizar un equilibrio entre innovación, seguridad y derechos.