Usabilidad: qué es, cómo se mide y cómo mejorar la de tu sitio web

La paciencia es una capacidad cada vez más escasa, sobre todo en el mundo digital. Por eso, un error mayúsculo de cualquier web de empresa es que desespere a sus usuarios ocultando, por ejemplo, información relevante, no cargando las imágenes en un tiempo prudencial o mostrando procesos de pago que se eternizan en el tiempo. Hoy más que nunca las pymes tienen que prestar atención a la usabilidad de sus páginas web.  

Índice

1. ¿Qué es la usabilidad web?
2. ¿Por qué es importante la usabilidad de la web de nuestro negocio?
3. ¿Cómo mejorar la experiencia de usuario?

¿Qué es la usabilidad web?

La usabilidad web es la facilidad que da una página para que se pueda acceder y navegar por ella de forma intuitiva, sencilla y rápida. En función de esos tres parámetros de utilización de un sitio online, los internautas tendrán motivos para volver a él o quedarse en el de la competencia.  

¿Por qué es importante la usabilidad de la web de nuestro negocio?

La usabilidad es uno de los factores que determinan el éxito de una página web y de un negocio online. Y lo es por varios motivos:

• Reduce la tasa de rebote. Una web bien diseñada y “simpática” en términos de uso ayudará a reducir la tasa de rebote, que es el número de usuarios que la abandonan sin interactuar de ninguna manera con la misma, haciendo clic en algunos de sus apartados o escribiendo un comentario, por ejemplo.  

• Aumenta el tiempo medio de las visitas. Aunque esta métrica depende de la naturaleza del sitio web en cuestión (no es lo mismo una página que publica artículos y recomendaciones sobre viajes que una tienda de comida para llevar), cuidar el apartado de la usabilidad siempre prolongará el tiempo de navegación del usuario por las secciones del site y por su menús.

• Incrementa las ventas. Una tienda online que ofrezca una navegación sencilla y ágil por su catálogo de producto, así como un proceso de compra rápido e intuitivo mejorará con seguridad sus ingresos y potenciará la posibilidad de ganar clientes en el futuro. En otras palabras, disfrutará de una mayor tasa de conversión (conversion rate), lo que implica que tendrá un mayor porcentaje de visitantes que acabarán haciendo una compra y no se marcharán con las manos vacías. 

• Mejora la satisfacción y ayuda a fidelizar. Un usuario que ha navegado a gusto y ha logrado encontrar lo que quería en una página web será un usuario satisfecho. Además, será más probable que, de esta manera, vuelva a repetir en el sitio y que lo recomiende a sus amigos, conocidos y colegas de trabajo, bien de forma online (a través de redes sociales) o a través del boca a boca.

¿Cómo mejorar la experiencia de usuario?

El objetivo último que deben buscar los diseñadores y programadores de una web es que esta permita a los usuarios encontrar lo que buscan en el menor tiempo posible y con el mínimo esfuerzo. Ni más ni menos. Navegar tiene que ser una experiencia fácil, positiva y gratificante para el usuario.  

Para lograr una experiencia de usuario (UX) óptima, lo más conveniente es ponerse en la piel de las personas que van a interactuar con la página y hacerse preguntas del tipo: ¿Es fácil navegar? ¿Es fácil encontrar un producto? ¿Es sencillo el proceso de compra? ¿Tienen coherencia los elementos del diseño y los menús?”… 

Para garantizar una buena experiencia de usuario (user experience) hay que conjugar elementos de diseño y de disposición de la información en la web con otros que tienen más que ver con la programación del sitio. Aquí van unas cuantas recomendaciones que, además, ayudan a evaluar la usabilidad de una página web: 

• El diseño debe ser claro e intuitivo. Si hace años las webs pecaban de estar sobrecargadas de información y elementos gráficos, hoy priman los diseños limpios, con pocos tipos de letra y con colores e imágenes en consonancia con las líneas marcadas de estilo y tono del site. Se impone el “menos es más”. Artículos, fotografías o catálogos de producto se deben disponer de forma ordenada y lógica. Primando la sencillez y la intuición, para que el usuario pueda encontrar rápidamente lo que busca. 

• Una información a la medida del usuario. Los responsables de la página deberán seleccionar muy bien la información que dan y el tono que usan para transmitirla. Si la web es una tienda de ropa juvenil, las entradas tendrán que ser cortas y de tono desenfadado. Pero si es una web que vende instrumental médico, los textos podrán ser más largos y con un lenguaje más formal. También habrá que prestar atención a las palabras clave (keywords) que se inserten en esos textos. De ellas dependerá, en buena medida, el SEO o posicionamiento de la página en buscadores como Google.   

• El usuario siempre debe tener el control. Una página web donde el usuario se sienta perdido tras unos cuantos clics es un fracaso. Por eso, siempre debe saber en qué sección se encuentra y cómo dar marcha atrás para ir a otras o a la página de inicio. Para ello, los menús tienen que estar bien claros y accesibles desde cualquier sección de la web, pues los usuarios no siempre entran desde la home o página principal. Y también ayuda el contar siempre con un buscador en lugar visible, para encontrar un contenido concreto o un producto dentro de un catálogo extenso de referencias, por ejemplo.

• Cuidado con la velocidad de carga de la página. En un momento en que todo se quiere al instante, una web que tarde, por ejemplo, 10 segundos en cargarse no tiene futuro. Para garantizar que una página se presente óptimamente en dos o tres segundos conviene contratar un buen servicio de hosting (hospedaje), pero también hay que fijarse en el diseño, con fotos que pesen poco y exhibiendo el contenido más importante en la parte superior del site. 

• La URL debe ser amigable. Los expertos en usabilidad web aconsejan extremar el cuidado hasta en la elección de la URL. Una dirección con nombres que no se entiendan o caracteres extraños será penalizada por Google y provocará rechazo y confusión entre los usuarios. 

• Accesible desde cualquier dispositivo. Hoy es imprescindible que una página web se vea correctamente no solo en el PC, sino también en el smartphone o en tableta. Para ello el sitio web debe tener un diseño responsive. Esto es así porque son muchos los usuarios que navegan y compran desde su móvil. En consecuencia, no ofrecer esta posibilidad significa perder ventas y tener clientes insatisfechos.

• Facilita el contacto a los usuarios. Una página web, sobre todo si es una tienda online, debe dejar claro quién está detrás y a qué dirección se pueden dirigir los usuarios o compradores en caso de querer resolver dudas o realizar cualquier consulta. En este sentido, son de ayuda los formularios de contacto, los chats online o los apartados para dejar comentarios.