Gestión de tu negocio · 8 minutos de lectura

¿Qué es la jornada intensiva de verano? Así puedes gestionarla en tu negocio

Jornada intensiva de verano
Imagen: PENpics Studio (Shutterstock)

En verano muchos empleados en España disfrutan de la jornada intensiva. Las altas temperaturas de los meses estivales aconsejan cancelar por un tiempo la tradicional jornada partida, con el fin de mantener la productividad de las plantillas y motivarlas. En este post te explicamos en qué consiste la jornada intensiva, qué periodos y horarios contempla, si es obligatoria o no, cuáles son sus beneficios y cómo puede ser gestionada por parte de las empresas. 

Índice

  1. ¿Qué es la jornada intensiva de verano?
  2. ¿Por qué elegir la jornada intensiva de verano? Beneficios
  3. ¿Es obligatoria la jornada intensiva de verano?
  4. ¿Cuándo empieza la jornada intensiva de verano y cuándo acaba?
  5. ¿Cómo gestionar la jornada intensiva en tu negocio?

¿Qué es la jornada intensiva de verano?

España es un país de intenso calor durante el verano, con temperaturas que pueden llegar a los 40 grados a las 4 o 5 de la tarde. Por eso es tradicional la jornada intensiva en este periodo del año, que tiene como objetivo  liberar a los empleados antes, con el fin de mantener o aumentar la productividad en los meses de estío. 

La jornada intensiva evita las pausas prolongadas (para ir a comer, por ejemplo) de la jornada partida tradicional. Suele concentrar toda la actividad en tramos que van de las 7 de la mañana a las 2 de la tarde, o bien de las 8 a las 3. Además, generalmente el periodo de aplicación de la jornada intensiva de verano va del 1 de junio al 30 de septiembre, aunque cada empresa es un mundo.

¿Por qué elegir la jornada intensiva de verano? Beneficios

La jornada intensiva suele ser vista con muy buenos ojos por los trabajadores. En primer lugar, porque les permite conciliar mejor su vida profesional con la familiar. Al tener las tardes libres, pueden aprovechar para recargar pilas y atender a sus hijos, que en los meses de verano tienen mucho tiempo de ocio y tienden a  pasar mucho tiempo en casa.  

A ello se une que los empleados pueden reducir los tiempos de desplazamientos, al evitar el tráfico en las horas punta en las ciudades, dado que la actividad empieza más pronto y también termina antes, en la mitad del día. 

Pero las ventajas de la jornada intensiva no son solo para la plantilla, sino también para las empresas. En primer lugar, porque estas reducen costes de mantenimiento de las oficinas (luz, aire acondicionado…), al tenerlas menos horas abiertas. Además, una jornada intensiva bien aprovechada aumenta la productividad, al reducir el estrés y el cansancio de los equipos. También reduce el absentismo, puesto que los empleados estarán más motivados y tendrán más tiempo disponible para atender necesidades como la visita a un médico. 

A lo anterior se suma que las compañías mejoran su imagen de marca como empleadoras. Por ejemplo, una empresa que ofrezca teletrabajo y una jornada intensiva de cuatro meses tendrá muchas más opciones de atraer y retener talento que otra que opte por jornadas presenciales de mañana y tarde durante todo el año. 

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¿Es obligatoria la jornada intensiva de verano?

La jornada intensiva no está recogida en ninguna ley ni en el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores, que es el que básicamente marca la regulación en materia de jornada de trabajo en España. 

Son, pues, los convenios colectivos los que regulan este aspecto, marcando su duración durante el año. En algunos convenios, los más generosos, la jornada intensiva se aplica del 1 de junio al 30 de septiembre, pero también puede durar, dentro de ese intervalo, tres meses, dos o uno. 

Por lo tanto, la jornada intensiva será de aplicación si está determinada en el convenio. Si no, será cada empresa la que voluntariamente podrá decidir si introducirla o no, dejando constancia de ello en el contrato de trabajo. También existe la posibilidad de que el trabajador la pacte de forma individual. 

La jornada continua suele ser de siete horas y suponer, por tanto, una reducción de una hora con respecto al horario habitual de ocho. Como la regulación del tiempo de trabajo se hace en función de un cómputo anual de horas, lo que hacen las empresas es compensar con más tiempo de trabajo durante el resto del año para cumplir con ese cómputo total. En caso de que la jornada intensiva fuera de ocho horas (de 7 a 3, por ejemplo), no sería necesario realizar ese ajuste.  

¿Cuándo empieza la jornada intensiva de verano y cuándo acaba?

La duración durante el año de la jornada intensiva depende del convenio colectivo que regula las relaciones de trabajo de la empresa en cuestión. La versión más generosa de la jornada intensiva va del 1 de junio al 30 de septiembre, pero también las hay de tres meses (del 15 de junio al 15 de septiembre), de dos o de uno (agosto). En cuanto a los horarios, lo más habitual son las jornadas continuas de siete horas (de 7 a 2, o de 8 a 3), con un breve periodo obligatorio de descanso a media mañana de 15 minutos.  

¿Cómo gestionar la jornada intensiva en tu negocio?

Hay varios asuntos a tener en cuenta a la hora de poner en marcha y gestionar una jornada intensiva. En primer lugar, conviene recordar que si el convenio colectivo al que pertenece la empresa no estipula la jornada intensiva, será el departamento de recursos humanos el que podrá implantarla de forma voluntaria

En caso de que la compañía venga concediendo la jornada intensiva año a año, sin estar obligada a ello por el convenio colectivo, podrá dejar de hacerlo cuando lo estime, aunque será necesario que modifique las condiciones de trabajo. 

Una de las desventajas de la jornada intensiva es el descontrol que se puede producir en la asignación de tareas y horarios. Hay menos tiempo de trabajo, menos descanso, y conviene que las empresas reconfiguren estos aspectos para no disminuir la productividad.  

Además, en empresas con horario de atención al público (como las del comercio minorista), puede que no sea recomendable aplicar la jornada intensiva, por la pérdida de clientes que eso supondrá. 

Por otro lado, las empresas tendrán que ajustar bien los horarios de la jornada intensiva para hacerlos lo más compatibles posibles con los de los proveedores. No tiene sentido una jornada intensiva en una tienda de ocho de la mañana a dos o tres de la tarde cuando los repartidores pasan a partir de las cuatro, por ejemplo. 

Por último, cabe recordar que, desde 2019, las empresas en España están obligadas a llevar un control horario y, por ello, han tenido que instalar sistemas de fichaje. Obviamente, la jornada intensiva no supone una excepción a esta norma y también el horario deberá ser registrado por las compañías en este periodo.

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