Ideas de éxito: Cervezas La Virgen
Hace una década apenas había cervezas artesanas en España. Ahora, el movimiento suma cientos de micromarcas y crafters (creadores), entre las que destacan algunos casos de éxito. Cervezas La Virgen, cofundado por Jaime Riesgo y Ana Coello, es una de esos negocios que ha logrado alcanzar el reconocimiento social dentro del sector, en parte gracias a su estrecha relación con los clientes.
Índice
- Así germina un plan de negocio
- Una mezcla financiera imprescindible
- Los negocios de éxito necesitan macerar
- Cuando la opinión del cliente ayuda a filtrar
- Cocer artesanía con tecnología
- Fermentación de la marca y embotellado digital
Así germina un plan de negocio
El plan de negocio, lo saben bien en la dirección de la empresa, es uno de los pilares clave del éxito de las compañías. Diseñar y seguir este documento interno es aconsejable si se persigue no solo el crecimiento, sino la estabilidad a largo plazo. Al respecto, Jaime Riesgo comenta que, en su caso, el plan de negocio fue clave y que “el crecimiento formaba parte de la idea” original.
Además, para ellos fue de gran ayuda que tanto él como Ana Coello habían estudiado Dirección y Administración de Empresas, por lo que tenían muy clara la relevancia de un plan a largo plazo, incluso cuando había que matizarlo año a año. Como señala Jaime, “fue clave escribirlo”, algo aplicable a cualquier negocio.
Una mezcla financiera imprescindible
La ilusión de poner en marcha una idea de negocio en la que creían firmemente les ayudó en cada fase de la puesta en marcha de su marca, también cuando debieron hacer frente a las complejidades de la financiación de la compañía en sus inicios. En este sentido, Jaime Riesgo resalta que hubo que echar mano de todos los ahorros personales, de capital de la familia y de una línea ICO. Con esta financiación, Cervezas La Virgen ha formado parte de un movimiento empresarial sin precedentes.
Si hace unos años apenas había cinco grandes marcas cerveceras, ahora hay cientos en un mercado atomizado que da servicio ‘de barrio’, cercano y de proximidad. Además, el negocio delivery se ha demostrado como una tendencia con futuro. La confianza financiera depositada en esta marca ha dado sus frutos, y hoy Cervezas La Virgen se presenta como la cervecera artesana más grande de España.
Los negocios de éxito necesitan macerar
Cuando se observa el éxito que ha tenido una empresa, como en este caso Cervezas La Virgen, se tiende a imaginar la ruta tomada por la pyme como una línea recta y consistente. Nada más lejos de la realidad. Las compañías tropiezan, corrigen la trayectoria, o pivotan sobre varias líneas de negocio. Maceran despacio.
Como cuenta Jaime Riesgo en el vídeo, la idea original de la marca nació en 2009 en Estados Unidos, pero no fue hasta un par de años después que se funda la compañía. Los inicios suelen ser modestos: La Virgen empezó con cuatro empleados que fermentaban cerveza en un armario (literalmente) y ha crecido de forma orgánica hasta contar con más de cien empleados.
Entre algunos de sus hitos se encuentran la instalación de su primer grifo (2012), alcanzar el millón de litros de cerveza producidos (2015) o superar los cuatro millones de litros (2018). En palabras del propio Jaime, “hemos ido cambiando y adaptando, aprendiendo mucho y equivocándonos bastante”, en un proceso de aprendizaje para nada lineal en el que el cliente ha jugado un papel importantísimo.
Cuando la opinión del cliente ayuda a filtrar
Uno de los puntos fuertes de las cerveceras artesanales, y en concreto de esta marca, es la evaluación continua a la que se ven sometidas las cervezas. Muchas de estas se producen para la venta en exclusiva dentro del propio local, por lo que el artesano recibe el feedback de inmediato y en primera persona.
De hecho, desde Cervezas La Virgen son conscientes de lo que le deben a los clientes por estas opiniones. “Les pedimos opinión sobre las cervezas […] y les hemos usado un poco como conejillos de indias” porque “les hemos ido preguntando” a medida que avanzaban.
Es así, mediante este ensayo-error-feedback han construido muchas sino todas las cervezas que comercializan en la actualidad. “A nuestros clientes les debemos no sé si todo, pero sí una gran parte”, porque sin su evaluación el éxito de la marca no habría existido.
Cocer artesanía con tecnología
Etiquetas como ‘artesano’ tienden a confundirse con ‘manual’, en parte porque a España llegó desde el Norte como la “persona que ejerce un arte manual” en lugar del italiano original (artigiano) con el que la persona “ejerce un arte mecánico” susceptible de tecnificación y, en las últimas décadas, automatización.
Pero el arte no está reñido con la técnica, palabra con la que de hecho comparte origen griego (?????, téchne), sino que son universos que se enriquecen el uno al otro. Como explica Jaime Riesgo, “cuanta más tecnología hemos añadido, más control hemos tenido de la producción, el producto y el proceso”.
Fermentación de la marca y embotellado digital
Este tipo de control en la calidad y los tiempos da como resultado “una cerveza mejor, que es a lo que nos dedicamos”, un producto que ha surgido gracias a un trabajo en equipo por el cual “pensábamos que podíamos solucionar casi cualquier cosa” a medida que el negocio aumentaba. Mantener la autenticidad original mientras se crece es complejo, pero posible, enseñando al personal el know-how según entran.
En este crecimiento es indispensable la presencia de valores de marca como pueda ser el compartir el éxito de la empresa con los empleados o algo tan ‘simple’ como disfrutar de lo que se está haciendo. Es gracias a este trabajo que ha sido posible “mantener el alma de la empresa” incluso con cambios como la digitalización, la apertura de un e-commerce y la ‘cerveza como servicio’.